Seán Golden
Investigador sénior asociado, CIDOB
La actual administración de la República Popular de China (RPC) llegó al poder en 2012, cuando el 18 Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh) eligió un liderazgo colectivo con Xi Jinping en el centro, para usar la terminología del partido. Xi luego se estableció en un período muy corto de tiempo como un líder fuerte, probablemente el más fuerte desde Deng Xiaoping y Mao Zedong. Aunque la administración Xi ha definido su línea política como los “Cuatro comprensivos”, Xi es más conocido por su proclama para impulsar el “sueño chino” (中国 梦 Zhōngguó Meng).
El apelativo los “Cuatro comprensivos” hace referencia a la construcción comprensiva de una sociedad modestamente acomodada, la profundización comprensiva de la reforma, la gobernanza comprensiva de la nación según la ley, y a un control comprensivo del Partido de acuerdo a reglas estrictas. Los dos primeros puntos son un legado de las administraciones de Deng y de Jiang Zemin, el tercero y el cuarto comenzaron bajo Hu Jintao, pero el cuarto ha tenido un énfasis especial con Xi.
El “sueño chino” es un concepto más ambiguo. No se corresponde con el “sueño americano”, que podría parecer un modelo para el término. El sueño americano implica que cualquier individuo puede alcanzar su propio objetivo individual por sus propios esfuerzos individuales. El sueño chino parece subordinar sueños individuales en pos del sueño colectivo de “el gran rejuvenecimiento de la nación china», en palabras de Xi, a la realización de un país próspero y fuerte, el rejuvenecimiento de la nación y el bienestar de las personas
El gran rejuvenecimiento de la nación china ha sido un grito de guerra desde mediados del siglo XIX
El gran rejuvenecimiento de la nación china ha sido un grito de guerra desde mediados del siglo XIX, cuando el poderío económico y militar superior de las naciones imperialistas occidentales infligió derrotas sucesivas y la consecuente pérdida de la soberanía al imperio chino. La claudicación de China a manos de las sociedades que habían definido la modernidad como la acumulación de riqueza y poder subvirtió la cosmovisión tradicional china de la superioridad moral y cultural como base del poder, lo que provocó una crisis de introspección y de teorización que continúa hasta nuestros días. En 1820 China representó más del 30% del PIB mundial, un valor a menos del 25% para Europa Occidental y los EEUU. En 1949 China quedó a menos del 5%, mientras que los EEUU y Europa Occidental se habían duplicado a más de 50%. En la actualidad China representa un 16% del PIB mundial, mientras que la Unión Europea y los EEUU todavía comparten cerca del 40% del PIB mundial. El gran rejuvenecimiento de la nación china que Xi pide es un impulso fuertemente nacionalista para un crecimiento económico sostenido y una consolidación del poder geopolítico para restaurar de China en su antiguo lugar preeminente en el orden mundial. Hacerlo con una población enorme en un país aún en desarrollo requiere un gobierno eficiente. Es este el “papel principal” del PCCh, pero el contexto de la República Popular China no deja de cambiar y el PCCh debe evolucionar para adaptarse a los cambios si quiere conservar ese rol.