EL IMPACTO DE LA PANDEMIA SOBRE LAS MIGRACIONES Y EL ASILO EN EUROPA

Desde la masiva llegada de más de 1 millón de solicitantes de asilo a la UE en 2015 en el transcurso de la denominada crisis de los refugiados, las solicitudes de asilo han ido disminuyendo progresivamente hasta las 471.000 solicitudes de asilo recibidas en 2020. La caída más importante se ha producido precisamente en 2020, con un 33% menos de solicitudes respecto a 2019 (698.000). Según la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO), esta caída se debe principalmente a las restricciones de movilidad y no al hecho que haya menos personas necesitadas de protección internacional. Según los expertos, en esta caída también han influido las medidas más restrictivas adoptadas por la UE y sus estados miembros en colaboración con paises terceros, de origen y de transito, sobre todo en las rutas oriental y central del Mediterráneo.

EL IMPACTO DE LA PANDEMIA DE LA COVID-19 EN LA UNIÓN EUROPEA

Desde la llegada a territorio de la UE –a Francia– el 24 de enero de 2021, la pandemia ha tenido un impacto desigual en los 27 estados miembros. Los casos iniciales fueron detectados en Francia y Alemania, con un número de infectados relativamente bajo. Sin embargo, la alarma saltó la tercera semana de febrero, cuando se detectó un gran brote infeccioso en el norte de Italia, lo que provocó una rápida expansión del virus; el 13 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró a Europa como el nuevo epicentro de la pandemia global. A mediados de marzo el virus ya se había extendido por todo el continente, con Italia y España como los países más duramente golpeados.

EL ÁRTICO: ESCENARIO GEOPOLÍTICO EMERGENTE

A pesar de ser un territorio de clima indómito (o precisamente por ello), el océano más pequeño de todos los existentes, el Ártico, ha ocupado un lugar secundario en las ansias de dominación de las grandes potencias internacionales. Sin embargo, esto esta cambiando rápidamente por efecto del cambio climático y del adelgazamiento del hielo polar, que se derrite más y por más tiempo, dejando al descubierto nuevas rutas y recursos naturales por explotar (se estima que la zona contiene entre el 16 y el 24% de las reservas no descubiertas de gas y petróleo). Diversos estados reclaman la soberanía de áreas árticas, si bien la más activa actualmente es RUSIA, que también tiene más a ganar en el corto plazo. También aumentan las voces que reclaman que Washington impulse su estrategia de seguridad ártica. En 2018, también Beijing presento una estrategia nacional para el Ártico, donde no tiene costa, pero si grandes intereses; una ruta ártica reduciría la duración y el coste con respecto a las rutas actualmente existentes.