La pandemia ha actuado como acelerador de muchas de las tendencias apuntadas a finales de 2019, como el retorno del nacionalismo estatal frente al globalismo, la rivalidad entre grandes potencias (en particular, EEUU y China) y la tensión de las alianzas. La carrera por la vacuna ha sido ejemplo de cooperación internacional (entre estados, pero también entre el sector público y privado), y también, de competencia. A nadie escapa la dimensión geopolítica y diplomática de la vacuna, expresada a través de una política de donaciones a socios, vetos a vacunas de potenciales rivales o regularización selectiva de vacunas que integren el certificado vacunal. Así, toma especial interés, ¿quién distribuye qué vacuna?