Erik Solheim
Director del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA)
Cada año, los grandes pensadores sobre la seguridad global se reúnen en Múnich, donde expertos, analistas, espías, diplomáticos y jefes de estado reflexionan sobre las arenas movedizas de la geopolítica y sobre las implicaciones que ello tiene para nuestra seguridad colectiva.
La primera Conferencia de Seguridad de Múnich, celebrada en 1963, estuvo por supuesto marcada por la existencia del telón de acero. Fue una oportunidad para que los miembros de la OTAN se reuniesen e intercambiasen puntos de vista sobre la defensa de Occidente. Desde entonces, muchas cosas han cambiado. El paisaje de la amenaza global es irreconocible, y lo mismo puede decirse de las ideas sobre cómo abordarlo.
Hoy necesitamos impulsar aún más la reflexión sobre una nueva seguridad global poniendo el medio ambiente en el centro del debate. Hemos de estar preparados para la disrupción que puede traer el cambio climático. En la conferencia de Múnich de este año hicimos precisamente esto, discutir con los decisores políticos que la acción medioambiental positiva puede producir una cantidad inmensa de dividendos en seguridad.
Los desastres naturales, los accidentes industriales y los conflictos sobre los recursos comunes plantean un desafío enorme al bienestar de los individuos y comprometen los medios de subsistencia de comunidades, ciudades e incluso estados-nación. La creciente competencia por los recursos es también un desencadenante de la emigración, pues las comunidades se desplazan buscando áreas con recursos para sostener sus medios de vida.
Por otra parte, estas crisis también nos ofrecen —tanto a individuos como a comunidades— una oportunidad para promover una gestión medioambiental responsable y compartida. Esta es una cuestión fundamental para la estabilidad social, pues previene el riesgo de desastres y conflictos, mejora la mediación y contribuye a la consolidación de la paz.
Por ejemplo, en el estado de Xamal Darfur, una región del norte del Sudán afectada por años de conflicto, UN Environment estableció un acuerdo de colaboración con la Comisión Europea para promover el uso sostenible de los escasos recursos hídricos y para desactivar las tensiones y conflictos sobre el uso de la tierra entre agricultores y ganaderos. Este proyecto ha contribuido a consolidar la paz en una comunidad de más de 81.000 habitantes que viven en la cuenca hidrográfica de Wadi El Ku.
En Irak hemos colaborado con las autoridades locales y nacionales en la restauración de los humedales mesopotámicos, les hemos ayudado a revertir el flujo migratorio y a reparar un ecosistema vital y la economía local. Esta área es ahora una de las más pacíficas de la zona, en parte gracias a la atención prestada al medio ambiente local. Por el mismo motivo, estamos trabajando para reparar el daño causado por la organización Estado Islámico en el norte de Irak: vertidos de petróleo, fuegos químicos industriales y residuos tóxicos han de ser limpiados para dar a la región y a sus habitantes la oportunidad de un futuro sostenible y en consecuencia pacífico.
Aplicar una parte del gasto militar a cubrir las necesidades medioambientales podría cambiar radicalmente la situación
El cambio medioambiental puede que no sea tan inmediato o que no esté tan presente como otros factores que crean inseguridad. Pero no es menos esencial para la seguridad global a largo plazo, sobre todo si tenemos en cuenta las amenazas que plantea la degradación medioambiental y la forma en que la protección del medio ambiente puede ser un instrumento para la paz.
Aplicar al menos una parte del gasto militar a cubrir las necesidades medioambientales podría cambiar radicalmente la situación en aquellos países envueltos en conflictos militares. No solo generaría confianza en los países afectados por el conflicto, sino que también proporcionaría un poderoso ímpetu a la economía al tiempo que mejoraría la salud y la calidad de vida de la gente. Este era el mensaje que llevé a Múnich y confío que sea el mensaje que los coordinadores de la conferencia asuman y actúen en consecuencia.