Johan Galtung
Matemático y sociólogo, fundador de la red TRASCEND y del Instituto Internacional de Investigaciones sobre la Paz (SIPRI)
El reto principal a la paz global en la actualidad es hacer de los Estados Unidos de América una nación con buenas relaciones con la comunidad internacional. Además, muchos de los conflictos más graves están bloqueados y requieren enfoques nuevos, más constructivos. Brevemente, plantearemos algunas colisiones internacionales, primero desde un enfoque positivo y, seguidamente, con sus alternativas negativo-destructivas.
En relación a la crisis financiera, un enfoque positivo alentaría las cajas de ahorros locales y la lucha contra la especulación tributaria. También un control más democrático del Banco Central y de los bancos estatales y privados, y una cesta de divisas variada. Por el contrario, el enfoque negativo priorizaría el crecimiento financiero sobre el real y a la moneda sobre el valor; mantendría la globalización regida por bancos centrales, con la hegemonía del dólar.
En cuanto al terrorismo, en positivo, trataríamos de entender las causas y que conducen a los atentados e investigaríamos quiénes son sus instigadores; en negativo, seguimos aferrados a las soluciones militares: ejecuciones extrajudiciales, uso de drones y la guerra encubierta.
Una solución positiva del conflicto entre EEUU-Israel y el mundo árabe sería adoptar la solución de dos estados, reconociendo a Palestina, y crear una Comunidad de Oriente Medio (COM) con Israel y sus cinco vecinos árabes. La visión opuesta mantendría la presión israelí en Washington a través de lobbies y podría alimentar el antisemitismo extremista en EEUU.
En Libia, una solución positiva vería la autodeterminación de los contendientes y la creación de una democracia federal. Lo contrario sería conservar la ilusión de un “Estado unitario”, más bien una anarquía caótica. Una solución similar debería adoptarse en Siria, y en Irak, donde se suma el reto de satisfacer las demandas kurdas de autogobierno. La respuesta negativa sería retirarse del país sin reconstrucción, ni compensación.
La dinámica positiva con Irán reconocería el golpe de Estado de la CIA en 1953 y promovería una Zona Libre de Armas Nucleares. Un enfoque negativo contempla una intervención militar o un veto indefinido el programa nuclear sin otras acciones paralelas. Naturalmente, el apetito de las grandes potencias por el petróleo iraní debería quedar fuera de la ecuación.
Muchos de los conflictos más graves están bloqueados y requieren enfoques nuevos, más constructivos
En Pakistán, debería concederse la autodeterminación a Cachemira, y la de los pashtunes, dejando atrás la ficción de una frontera trazada por la Línea Durand. Lo opuesto sería construir una “barrera física” misma Línea Durand y mantener los drones y los asesinatos extrajudiciales.
Una solución para Afganistán vería el surgimiento de una Comunidad de Asia Central, como marco de un Estado Federado de Autonomías Locales de nueva creación, cuya seguridad recaería en fuerzas de la ONU y de la Organización de los Países Islámicos (OIC). Debería seguir siendo un país no alineado y sin bases militares extranjeras. Lo negativo sería una retirada sin reconstrucción ni compensación, manteniendo indefinidamente las bases.
Asia Oriental requiere de mayor regionalización y de una Comunidad de Asia Oriental para el diálogo multilateral y permanente entre Japón, China y Corea. EEUU firmaría la paz con Corea del Norte y saldría de Okinawa. La península coreana devendría Zona Libre de Armas Nucleares. El enfoque negativo, el militarismo y el aislamiento: marginación de Corea del Norte, acorralamiento de China, relación clientelar con Japón, que subvertiría el Artículo 9 de su Constitución.
En África y América Latina debería avanzar la regionalización, tanto con la Unidad Africana como con la CELAC (la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe). El enfoque negativo contaría con la supervisión militar de EEUU (mediante la AFRICOM) y la microgestión de la CIA. Un hito positivo sería la normalización de las relaciones Estados Unidos-Cuba.
A nivel global, deberían cumplirse todas las convenciones de derechos humanos y garantizar la autodeterminación. Deberían fomentarse la Alianza de Civilizaciones y acercar a Naciones Unidas al rol de Parlamento Mundial. La visión opuesta promueve derechos civiles y políticos pero ignora todos los demás, y mantiene la paradoja del “universalismo occidental” y el excepcionalismo estadounidense.
El enfoque más negativo-destructivo es tristemente familiar, y cuenta con multitud de ejemplos. Pero el más positivo-constructivo también es amargo, ya que algunas soluciones podrían hacerse realidad con un simple bolígrafo. ¿Y si EEUU tratase de ganarse afectos con acciones más positivas?