Itziar González Virós
Arquitecta. UTE kmZero
El nombre de Barcelona ha sido resignificado de tal manera que de forma inmediata despliega a su alrededor la aceptación de “destinación turística”. Como si se tratara de su esencia ontológica, la ciudad se dispone ahora a transitar con responsabilidad por esta condición sobrevenida en las últimas décadas. Lo que se expresa continuamente y está en boca de todos es que es necesario transitar hacia un modelo más sostenible y hacia la búsqueda de nuevas alianzas entre operadores económicos, la ciudadanía y la administración, para hacer compatible los usos de los vecinos de la ciudad con los de la industria turística.
Conceptos como la gestión de espacios de gran afluencia y medidas para luchar contra la gentrificación se instalan en las diferentes áreas de planificación y diseño de las políticas públicas, y buscan abrirse paso e instalar nuevas maneras de “hacer ciudad”, complementarias a las que ya aportan estrategias de transversalidad en los proyectos de los barrios.
En este contexto hay que enmarcar los esfuerzos que, en los últimos años, se han hecho para intentar rescatar las Ramblas de su degradación como espacio exclusivo para el consumo casi compulsivo turístico de baja calidad, y donde desgraciadamente avanzan, con solemne tranquilidad, las ofertas de actividad económica ilegal y se vacían sus viviendas, que son sustituidas por edificios enteros de marcas de moda low cost.
El año 2017 este compromiso con el rescate de las Ramblas ha pasado por la convocatoria de un concurso internacional para que un equipo externo, con profesionales de diferentes sectores, elabore una propuesta de actuación integral. El equipo kmZero (formado por arquitectos, sociólogos, economistas, ingenieros, doctores, geógrafos, historiadores…), que ha sido el ganador del concurso, ha centrado su trabajo en la exigencia que era necesario reivindicar que las Ramblas es un espacio público que diversas colectividades identifican como propio: los vecinos y vecinas que viven en la zona, las personas que trabajan o que tienen negocios allí, los que ramblean o los que simplemente la visitan. Un espacio que es de todos pero al que le hace falta con urgencia un relato coherente que integre todas las sensibilidades en un proyecto colectivo común.
Repensar las Ramblas reúne el trabajo hecho previamente por entidades, vecinos y vecinas, y la administración
El proyecto es la herencia y el resultado del trabajo hecho previamente por entidades, vecinos y vecinas, y la administración para repensar las Ramblas conjuntamente y ampliar el debate en toda la ciudad. En estos momentos se está concretando en un conjunto de estrategias que acompañen su reurbanización y para las que kmZero ha propuesto trabajar con unas dinámicas continuas de cooperación entre técnicos, ciudadanía y administración.
El objetivo es también construir durante el propio proceso cooperativo de trabajo una “Comunidad Ramblas” que tome cuerpo día a día, con el trabajo desarrollado por los cuatro Grupos Cooperativos Ciudadanos que se han formado, y también con espacios de capacitación, seminarios, talleres y actividades. De hecho, los miembros de kmZero creemos que, en el futuro, esta “Comunidad Ramblas” podría integrarse más fácilmente en la gestión de este espacio desde un gobierno participativo y democrático. Por eso, que esta comunidad se sienta depositaria legítima de los deseos y visiones de este espacio público y que coopere con ello es una cuestión relevante y clave en el éxito de la transformación social, económica, ambiental y urbanística de este paseo histórico y central de Barcelona.
No se trata solo de reivindicar unas Ramblas como paseo y espacio físico de calidad. Se trata, sobre todo, de garantizar que el compromiso y deseo que todas las personas tenemos con la mejora de la ciudad de Barcelona queden reflejados en los criterios para su diseño y en las políticas públicas que se desarrollen en su entorno. Se trata de una gran reivindicación colectiva que acoge multitud de agentes, intenciones y vectores fuerza para su impulso.