LUIS FERNANDO MOCTEZUMA BADILLO
Investigador en materia de diplomacia de ciudades, www.paradiplomacia.org
La crisis sanitaria derivada de la COVID-19 puso de manifiesto que hacer frente a las grandes cuestiones de nuestro tiempo requiere de la cooperación y solidaridad de la comunidad internacional. En respuesta a esta dinámica, China ha buscado posicionarse como la primera potencia mundial mediante la implementación de la “diplomacia de las vacunas”, la cual busca la democratización y acceso universal de vacunas y materiales médicos. Para analizar este fenómeno, el presente artículo toma como escenario de fondo la situación migratoria actual en la frontera que comparte México con Estados Unidos y Guatemala.
La expulsión masiva de migrantes provenientes del Triángulo Norte –Honduras, Guatemala y El Salvador, es el resultado de décadas de crisis económicas, políticas y sociales que gobiernos nacionales junto con organismos internacionales no han podido resolver. Por tal motivo, y como medida de protección a la violación sistemática de sus derechos humanos en la ruta hacia el norte, en los últimos años los migrantes han decidido viajar en grandes caravanas capaces de atraer el foco mediático, con el objetivo de llamar la atención sobre su situación de tránsito.
No obstante, al llegar a ciudades mexicanas fronterizas, como Tijuana, los migrantes se toparon con la política migratoria de freno y rechazo de Donald Trump, que los obligó a permanecer en territorio mexicano hasta que su solicitud de asilo fuera atendida. Con la llegada de la nueva administración Biden a la Casa Blanca, los miles de migrantes estacionados en México, junto con los que aún permanecían en Honduras, volvieron a emprender el camino ante un posible cambio en materia migratoria.
Sin embargo, al llegar la pandemia, y con el objetivo de evitar la propagación de la COVID-19, se implementaron de nuevo restricciones en la frontera sur de México, permitiendo únicamente los cruces con fines esenciales. Voces críticas denunciaron este acto como un pretexto para incrementar la vigilancia migratoria ante las reclamaciones del gobierno estadounidense para frenar la creciente llegada a su territorio de solicitantes de asilo. A ello se sumó la polémica por el despliegue de numerosos oficiales del INM (Instituto Nacional de Migración) y de soldados de la Guardia Nacional mexicana en la frontera con Guatemala, con el objetivo declarado de proteger los derechos humanos, algo que fue puesto en tela de juicio tras la difusión de vídeos en los cuales las autoridades mexicanas mantenían a decenas de migrantes en jaulas y sin la pertinente distancia social. Es importante mencionar que dicho despliegue de efectivos no se ha dado aún en todas las rutas. Por ejemplo, en Chiapas entre 800 y 1.300 centroamericanos continúan cruzando diariamente la frontera en balsas, sin intervención alguna de las autoridades.
En este contexto de creciente preocupación por la movilidad y la migración internacional, aumenta la teorización sobre la naturaleza cambiante de las fronteras y su relación con la sociedad, para entender el cambio social y político contemporáneo. Se asegura que las fronteras ya no son solo nacionales, sino que pueden adoptar muchas formas y en algunos casos se han vuelto tan difusas que pueden convertir a países enteros en territorios fronterizos (borderlands).
Tras años de altibajos en las relaciones bilaterales entre México y EEUU, la “diplomacia de las vacunas” se ha convertido en un importante vector de las relaciones, sobre todo cuando el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, solicitó al gobierno estadounidense apoyo en forma de envío de vacunas para fomentar la estabilidad y seguridad sanitaria en América del Norte. Sin embargo, la Casa Blanca se mostró tajante al afirmar que “por el momento, el presidente no está considerando compartir vacunas con México u otros países vecinos”.
Ante tal negativa, México solicitó ayuda al gobierno chino, el cual aprobó el envío de un millón de dosis de la vacuna de Sinovac y 65.000 de CanSinoBio, que fueron rápidamente entregadas a las autoridades mexicanas. Paralelamente, la crisis de migrantes alcanzó una nueva dimensión con la llegada de menores migrantes no acompañados a la frontera estadounidense. Días después, en un cambio de política radical, Estados Unidos aprobó el envío de 2,5 millones de vacunas AstraZeneca a México.
Ante tales acontecimientos resulta pertinente preguntarse: ¿cuál es el objetivo de China con el envío de vacunas y material médico a la región? Y, en particular, ¿qué busca China al enviar vacunas a México ante la negativa estadounidense?, ¿por qué se dio un cambio de dirección del gobierno de Biden respecto al envío de vacunas?, ¿existe cierta negociación entre México y Estados Unidos en materia migratoria?
Efectivamente, la pandemia global ha fomentado el surgimiento de una carrera, ya no armamentista, sino en materia de salud y acceso universal a las vacunas entre China y Estados Unidos. A partir de que la COVID-19 se volvió global, China se convirtió en el principal exportador de material médico en el mundo. Según cifras de la Organización Mundial del Comercio, en el primer semestre del 2020 Beijing acaparó el 56% del total de las exportaciones mundiales, con un crecimiento interanual del 206,8%, lo que le permitió desplazar a Estados Unidos del primer puesto. Las donaciones también han formado parte del eje central de la llamada “diplomacia médica china” o “diplomacia de las mascarillas”. Ejemplo de esto es la donación a la República Dominicana de equipo médico, así como de un millón de vacunas Sinovac y 50.000 inoculaciones del laboratorio Sinopharm. Además de recibir materiales médicos, El Salvador también obtuvo una donación de 250.000 dólares en efectivo, junto con un millón de vacunas Sinovac. Sin embargo, no solo a nivel gubernamental se han fomentado relaciones de cooperación. Empresarios chinos de la Alianza México-China donaron al Senado de la República materiales médicos que fueron repartidos a los miembros del cuerpo legislativo y a distintas dependencias.1
Estos acuerdos de cooperación humanitaria han hecho que los países de la región pongan su mirada en el país asiático, logrando de manera paulatina cambiar la narrativa: de entera responsabilidad china en el surgimiento de la crisis sanitaria, a considerar este país un actor con responsabilidad global. Es la primera vez que se ha visto este tipo de acciones por parte del gobierno de Beijing en la región. Es aquí donde entra en juego otro importante factor, ya que los gobiernos de Honduras, Guatemala y Nicaragua reconocen oficialmente a Taiwán. Honduras ha recibido de Taiwán dos ambulancias, kits de emergencia, 76.000 tabletas de Hidroxicloroquina, 35.700 pruebas rápidas y 12 vehículos tipo pick-up doble cabina, entre otros.2 Por su parte, , país que en 2007 dejó de reconocer a Taiwán para reconocer a China ha recibido más de dos millones de donaciones de unidades de insumos médicos, valoradas en 4,5 millones de dólares y se espera que la cooperación se vuelva cada vez más fructífera. La diplomacia de los gobiernos de Beijing y Taipei han encontrado un nuevo escenario donde enfrentarse.
Para China la ayuda solidaria ayuda al cumplimiento del objetivo geopolítico de influencia en la región
En este contexto, el involucramiento de China en la región, en un momento en el cual Estados Unidos parece ausente, se percibe no solo con motivos altruistas sino también con miras a intereses económicos y geopolíticos hacia toda Latinoamérica. El gigante asiático busca posicionarse no como un «salvador” sino como un “amigo” dispuesto a ayudar en esta y futuras crisis, al mismo tiempo que cambia su imagen de culpabilidad frente a la opinión pública internacional. Además, diversos analistas aseguran que esta nueva diplomacia también se lleva a cabo desde el sector privado; buen ejemplo de ello es que la compañía china Huawei envió a la región equipos de tecnología de diagnóstico e Inteligencia Artificial, con el objetivo de “crear un mercado para esos equipos y esas tecnologías, y crear nuevos lazos con la población y los gobiernos”.
Para China, al mejorar su posicionamiento como resultado de la ayuda solidaria, se gana también una mayor capacidad de influencia en la región, algo que el gobierno de Beijing busca, además de por las materias primas, con vistas a mejorar su capacidad de hacer negocios e inversiones en sectores estratégicos.
Es indiscutible el rol que juegan las dos potencias mundiales actuales, China y Estados Unidos, en la reconfiguración mundial que se está dando a partir de la crisis de la COVID-19, la cual replanteó el modelo de la gobernanza internacional y el posicionamiento de los actores en el escenario internacional. En el caso de la migración centroamericana a Estados Unidos, México puede aprovechar la situación a su favor, como se hizo evidente con el cambio de postura inmediata estadounidense respecto al envío de vacunas. No obstante, es importante considerar el posible precio a pagar en el momento de entrar al juego de la nueva diplomacia de vacunas, ya que se debe medir si el beneficio que traerá en materia de salud justificará una mayor presencia de seguridad fronteriza en la frontera sur del país y en la ruta hacia el norte. Esto podría generar un cambio respecto a la posición mexicana en foros internacionales de salvaguarda de los derechos humanos de los migrantes.
Asimismo, la entrada de China en una región de influencia tradicional de Estados Unidos, con ayuda de México, le abre el camino a Beijing para fomentar, con ayuda de México, la cooperación con este país y con Centroamérica, más allá de una cuestión meramente humanitaria. La donación de material médico dirigido a la Cámara de Senadores puede ser vista como un primer acercamiento para la creación de futuros compromisos con el seno del Congreso Mexicano, así como las donaciones a países centroamericanos que le han otorgado su reconocimiento.
Finalmente, en el capítulo de la diplomacia de las vacunas, China empieza a obtener resultados en aquellos lugares donde busca reafirmar e impulsar su posicionamiento. Si los resultados de China siguen siendo favorables como hasta el momento y si Estados Unidos no sigue la misma línea en Centroamérica, el gobierno de Beijing no solo aumentará su influencia, sino que también podría dar paso al establecimiento de negociaciones con países como Honduras y Guatemala para oficializar su reconocimiento diplomático y como consecuencia, aumentar su poder global al mismo tiempo que debilita al gobierno de Taiwán.
NOTAS
- Véase Senado de la República. “El Senado recibe donación de insumos médicos de la comunidad china en México”, 20 de abril de 2020. Accesible en línea: http://comunicacion.senado.gob.mx/ index.php/informacion/boletines/48027-senado-recibe-donacion-de-insumos-medicos-de- la-comunidad-china-en-mexico.html
- Véase Secretaría de Salud (SS). “Salud recibe dos ambulancias, insumos y otros por parte de Taiwán”. Gobierno de la República de Honduras, 1 de febrero de 2021. Accesible en línea: https:// www.salud.gob.hn/site/index.php/component/k2/item/2063-salud-recibe-dos-ambulancias- insumos-y-otros-por-parte-de-taiwan