«nube», la red global de comunicación tiene una vertiente física y aún hoy esencial, como son los cables submarinos que conectan los diversos continentes y por los que circula el 99% del tráfico total de Internet. Esto los convierte en infraestructuras estratégicas que, hasta la fecha, se encuentran repartidas entre diversas manos –públicas y privadas–. La tendencia es hacia la concentración, tanto de los contenidos que distribuyen, la titularidad de la infraestructura y la de los proveedores; no en vano, las tres principales fabricantes de cable óptico –Subcom, ASN y NEC– han proporcionado el 90% de todo el nuevo cable instalado desde 2017. En su conjunto, los 464 cables submarinos desplegados actualmente cubren una distancia total de más de 1,2 millones de kilómetros, conectados a través de 1.245 puertos de entrada a tierra. A pesar de que
existen alternativas tecnológicas, como la comunicación por satélite o la inalámbrica, los cables submarinos siguen siendo la opción más barata y fiable, por lo que seguirán constituyendo la verdadera «columna vertebral» de Internet.